Las ataduras de Lió (como pararlo)

Se dice de el que no siente la camiseta, que es un robot, que es un chico gris sin brillo que se transforma en superhéroe en el verde césped y con el contacto de la pelota. Se lo discute hasta tal punto que se habla de su nacionalidad o si siente o no la camiseta Argentina. Pocos recuerdan que muchos antes que él no dieron pie con bola en la selección hasta bien entrados los 26 años. En un tiempo se lo aislaba a la banda derecha, se intentaba limitar su fútbol con una cuestión posicional y táctica (cuando no el dogma sobre la poesía) Todos íntimamente buscan cortarle las alas y pocos reparaban en que siendo zurdo era el mejor wing derecho del mundo y uno de los 5 mejores jugadores del planeta ¡ah tan solo tenia 19 años¡ Creció en su juego y corto cadenas naturalmente; ya no hay puesto fijo para él en la cancha, lo mismo se estaciona por izquierda, que por derecha; lo mismo se para de nueve que baja tras la línea del organizador a manejar el partido. Creció pero no solo posicionalmente sino en comprensión de juego, dejo de ser ese Meteoro que gambeteaba piernas como si fueran conitos, dejo de ser esa saeta que cortaba hacia adentro y en una baldosa con un firulete desparramaba Bestias de casi 2 metros. Hoy es un abanderado del toque corto, del cambio de frente, de la devolución y del pique al vacío. Ya no es más aquel contorsionista que esquivaba patadas y defensas con igual soltura. Pero hay una cosa que no cambio, a los largo de su evolución natural (y sin techo) hay un pequeño gesto que sigue marcando su condición de elegido. El contacto con la pelota. No puede Lio desentenderse del juego y no tener contacto asiduo con la “esférica” y quizás sea esta el arma que usen los equipos para neutralizarlo (lo hizo el Inter. en la ida de Semifinales de la Champion), negarle el pase a la estrella (una condición táctica de la NBA) En el peor de los casos obligar a Messi a recibir de espaldas y alejado del área, obligarlo al eslalon Maradoniano o pararlo con faltas menores. Depende de el y del cuerpo técnico resolver este problema, ya sea tácticamente aprovechando los espacios que dejara este marcaje sobre Messi o individualmente (solo las condiciones de Julio cesar evitaron que la única escapada en Milán terminara en gol)

Las buenas noticias son que asta ahora el talento, la magia, la explosión de creatividad siempre han logrado escaparse del dogma, de la táctica. En ocasiones se ha perdido la batalla pero a la larga siempre se ha impuesto la esencia del juego, en el inconsciente colectivo. Como dice Bielsa el fútbol tiene la particularidad (y eso la hace inmenso) que ante una mismas situación no existen dos respuestas iguales. Resumiendo el fútbol es impredecible y en esa incertidumbre, en ese caos la zurda fantástica de Lio puede romper cualquier atadura habida y por haber.

De yapa esta nota de Messi poesía pura Dr. Messi & Mr. Hyde