"Actualmente, Javier Mascherano es el mejor defensor central que tenemos"decía Guardiola allá en octubre de 2011 y con esa simple frase desataba una huracán de suposiciones pero todas teñidas de celeste y blanco. Domínguez, Desabato, Bottinelli, López, Demichelis, Federico Fernández, Nicolás Burdisso, Garay, Otamendi, Pareja ¿Hace falta seguir nombrando? Estos son algunos de los jugadores que convocó Sabella desde que asumió para tratar de encontrar una pareja de centrales ¿A estos nombres hay que sumarles el de Mascherano?
Javier Mascherano es (además de un gran jugador) poseedor de un par de particularidades que hay que remarcar para saber de que y quien hablamos. Mascherano es uno de los pocos jugadores que ha vestido la celeste y blanca en todas las categorías de la AFA desde la sub15 hasta la capitanía de la selección en un Mundial, “el jefecito” fue sparring de la mayor en el mundial 2002, capitán en casi todas las categorías y valuarte del seleccionado hasta tal punto que durante un tiempo tenía más partidos jugados con la “Mayor” que en su club en primera. Todo un record y desde luego una toma de posición.
Mascherano es un jugador callado, que prefiere que su fútbol, su entrega hable por el y es de esos “players” que suelen ponerse a disposición del DT para lo que el considere necesario. Alguna vez Maradona lo definió así “…es el ejemplo a seguir (...) ojala todos los jugadores tengan ese amor a la camiseta de la Selección" Ese amor, esa entrega, ese saber cual es la parte que le toca en el todo del equipo hacen que Mascherano pueda jugar de central en el Barcelona y rendir a un nivel superlativo pero la pregunta que hay que hacerse es si el rendimiento del jefecito seria el mismo jugando de central en la Selección Argentina y es ahí donde hay que analizar algunos pormenores. No es lo mismo ser central en un equipo que tiene el 70% de posesión de balón que ser central en un equipo con tenencia dividida, no es lo mismo ser central en un equipo que obliga desde el pressing a que el rival se desprenda de la pelota rápidamente, que un equipo que en muchas ocasiones deja jugar a su adversario. Y no es lo mismo básicamente porque cuando uno tiene la pelota tanto tiempo la cantidad de intervenciones defensivas de un central se reducen, son casi nulas las jugadas de juego aéreo y en la mayoría de los casos el pressing propio obliga al jugador a jugarse situaciones de mano a mano contra un único delantero que no recibe limpia la pelota y por general de espaldas al arco y ahí sale a relucir el talento y la técnica de los grandes jugadores como Mascherano, su timing para cerrar, ir al piso o anticipar la jugada pero el conjunto catalán disimula las imperfecciones que tiene Javier como central y que tienen que ver con su juego aéreo y con sentir el puesto.
Uno no nace ocupando un lugar en el terreno de juego sino que lo encuentra en las inferiores y lo trabaja, lo acomoda, lo va haciendo suyo y es ahí cuando se va creando la experiencia, el oficio en el puesto. Todos pueden tener un buen día en un puesto que no es el propio y los cracks como Mascherano pueden tener hasta excelentes campañas pero a la larga cuando el mal día aparece (porque siempre aparece) lo que te salva no es tu capacidad técnica sino conocer el puesto; la ropa ese día en especial, ese torneo en particular la salva la experiencia en el puesto, el oficio. Pasó con Mascherano en la Copa América, su flojo desempeño se salvó con que jugaba de volante central, su puesto de toda la vida. La Selección Argentina puede tomar a este Maschernao que juega de central en el mejor equipo del mundo y convertirlo en el zaguero que busca pero se tratara tan solo de un parche y de un error. Argentina debe probar centrales, debe buscar una pareja que satisfaga al cuerpo técnico y debe por todos los medios hacer que el 2 y 6 del seleccionado sean apellidos que uno recita de memoria casi como un padre nuestro o como un Ave Maria. Y así datos como que contra el Osasuna en copa del rey, Mascherano haya vuelto a sus posición natural después de 28 partidos consecutivos como central será tan solo una estadística mas en el mundo fútbol y no una solución para un problema de fondo.
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