Bunker o Identidad

Se respira fútbol, se vive fútbol, se transpira fútbol. Los diarios solo tienen palabras para el nostálgico ayer futbolero y para el auspicioso presente mundialista. La ilusión, porque al fin de cuentas eso es lo que genera el acontecimiento, se acrecienta con la cuenta regresiva. Los medios necesitan alimentarse de cualquier migaja que los protagonistas nos brinden y es por ello que sin quererlo ya estamos discutiendo si hoy los jugadores deben o no tener sexo antes de los partidos o en la competencia. El Dr. Villani dice que no se puede cortar el asado, el vino y el dulce de leche por 1 mes porque eso hace a Idiosincrasia Argentina. Y yo voy mas lejos eso hace a nuestro fútbol. Los medios tienden a “militarizar” las concentraciones (gracias Varsky por este concepto) cuando hablan de Bunker. Ya concentración suena feo ¿O quien no recuerda las confesiones de Houseman diciendo que saltaban la tapia en el 78 para ir a tomar algo? (Un emulo criollo de Steve McQueen en el gran escape) El inconsciente colectivo, las ganas de exitismo condenan actitudes como las del Plantel de Basile antes de la final contra Brasil de la copa América tomando unos “drink” en la pileta solo porque perdieron; pero pocos recuerda a Brasil campeón 2002 con “garotas” pululando por los pasillos y mucha pileta post partido. En una entrevista a Manu Ginobilli el periodista se sorprendía porque el bahiense le confesaba que en temporada regular casi no hacían físico, apenas trabajos regenerativos y algo de táctico. La sorpresa de Tevez o Veron cuando llegaron a Inglaterra y en sus equipos les dijeron que se juntaban un par de horas antes del partido y en el estadio también se robo un par de líneas editoriales. Y es que el deporte superprofesional, poco sabe de dobles turnos o sobre exigencias. ¿Cuánto más se puede tensar la cuerda de un Messi sin que se rompa? En el deporte de hoy la gran virtud del preparador físico pasa por la administración de los tiempos de ocio el jugador. Lo entiende Villani, lo sabe Guardiola y lo aplica Mourinho. Distracción, entrenamiento con pelota, volver a lo natural a las fuentes. La sobre exigencia no da réditos o se desmorona ante el primer síntoma de rebelión. Otro virtud pasa por hablar con los protagonistas, ¿Quién mejor que ellos para decirnos que les esta pasando? Hay que derribar los mitos, el dogma, el yugo del fútbol paramilitar. Aislarse a la larga es nocivo, como son nocivos los excesos. Romper los esquemas a la larga reditúa ¿Hay algún ejemplo mejor que la Holanda del 74? Por suerte para nosotros el cuerpo técnico de esta selección sabe esta máxima y la aplica y eso es virtud de los profes y del DT que entre todas sus aciertos y desaciertos no figura el no escuchar a los “players”

Mientras nos hacemos eco de esta propuesta dejamos el consejo del Dr. Bilardo: “Pará pará pará, el sexo está bien, bien, bien, es bueno bueno. Ahora sí, que el desgaste lo haga la chica eh, no el jugador”