Cochino negocio

Para viajar a Sudáfrica si queres podes ir a Costa Salguero con una pareja y jugar tus chances en el torneo de Play de Energizer, también podes comprarte un LCD en 50 cuotas dándole la razón a Bielsa cuando afirma “Te dicen (en la publicidad) que sos un tarado por no tener un plasma y más cuando se va a jugar un Mundial” y participar de la chance de viajar con 2 cupones, podes comprarte un caramelo mentolado y quizás viajes con 10 amigos, lo mismo que si juntas las tapitas de Coca, eso si no venias ya participando fecha a fecha en el avión del Gran DT. Por ahí la suerte te sonríe y sos cliente del banco ciudad y pegas un pasaje en los sorteos o a lo mejor no crees en la diosa fortuna y directamente sacaste uno de esos minicreditos del Standarbank que están disfrazados de promo de viaje. Sea como sea, ya hayas apostado tus ilusiones a un cupón, a un crédito o a 12 cuotas fijas sin interés te sentirás como me siento yo cuando te enteres que solo hacía falta ser un ´´pesado´´ de la barra brava, un ´´amigo´´ de la AFA para poder viajar al Mundial. No se trata de ilusiones o aliento, sino de músculos, aprietes, golpes y actitudes mafiosas. Además tenes el plus de viajar en el mismo chárter que los jugadores y es que si coimeaste a la policía, vendiste droga, robaste ´´trapos´´ y golpeaste gente durante todo el año, eso de algo tenía que valer. Termino de ver el documental ´´ojos rojos´´ (deseando íntimamente ver uno así argentino) y recuerdo la voz de Galeano que dice que el futbol es: ´´un cochino negocio´´ y me dan ganas de llorar, pero de bronca de pura bronca porque no se qué hacer porque al mismo tiempo que deseo dejar de ver el mundial, dejar de ver el futbol lo veo a Hugo y Aimar que juegan en una canchita de tierra y dicen ´´el futbol es el único deporte que no margina´´ y vuelvo a creerle a la pelota a ´´la blanquita´´ ´´la esferica´´ (que grande Sergio Riquelme) y me siento un estúpido, un pobre estúpido estafado por los mismos de siempre y es que la ´´pelota no se mancha´´ pero que difícil se hace creerlo… que difícil.