Este es un blog donde la política, el fútbol, la literatura y el cine se ven desde otra óptica aunque suene a un cliché pero como bien decía Hitchcock en ocasiones es mejor partir de un cliché para llegar a algún lado que partir de algún lado y terminar en un cliché y eso es lo que trata de reflejar este blog, que desde un cliché, desde algo que todos creemos comprender o saber se puede llegar a algún lado interesante que nos permita reflexionar. Saludos, pasen y lean a su antojo.

miércoles, 28 de abril de 2010

El hechizo


No creo en las brujas pero que las hay las hay, el problema radica a mi modesto entender en la baja selectividad a la que se han visto sometidas las academias de magia en estos días, y es que los recortes de educación, los magros salarios y demás no son solo patrimonio de las universidades comunes sino que por lo visto se profundizan en lo sobrenatural. Y es así que misterioso personajes como Carrio, Solanas, Gerardo Morales lograron acceder a la academia de brujería Nacional y no es que me guste comparar pero poco tenemos del glamour y la excelencia de academias como de Hogwarts y es que las instituciones autóctonas tienen su basamento en la dicotomía civilización y Barbarie; nuestros brujos, magos y hechiceros no están ajenos a los mitos fundacionales del país. ¿De que otra manera se puede entender que personajes como Carrio hayan pasado la otrora rigurosa selección de candidatos brujeriles?
A su favor hay que decir que demuestran actitudes para alguna de las especializaciones de la carrera. Sobretodo se destacan en Profetizar I, Mal de ojos II y Catástrofes IV; aunque nobleza obliga su porcentaje entre predicciones y cumplimientos de las mismas es muy pobre. Tienen además un alto índice de incomprensión en Historia de la Magia Contemporánea, aunque demuestran actitudes en el rincón de recreación de magia sobre todo cuando se trata de invocar fantasmas del pasado y desligarse de pactos con el diablo para después en sus apariciones (materia obligatoria para los brujos) presentarse pulcros y castos. Quizás lo más preocupante de ellos no sea sus actitudes para la magia negra, o su capacidad de olvidar del pasado solo aquello que quieren olvidar. Lo más llamativo y su verdadero “don” natural radica en ese mensaje que mediante una constancia, lenta, metódica, como una maquina de coser, con la cadencia de un viejo hechizo ancestral nos quieren imponer. Su cántico es como un pequeño mantra que amenaza con envolvernos, ese “don” que nos confunde y que quiere hacer ver que la fuente de todos los problemas es de “Tu sabes quien” o “el innombrable”. Esa bruma que tejen desde sus artes arcanas y oscuras, desde la complicidad de los Medios que utilizan para ello, ese discurso en lengua antigua que quieren instaurar donde poco a poco las palabras creadas desde la oscuridad va comiendo a las que en verdad se dicen, donde se mella la claridad tratando de instalar la espesura de su invocación. Es ahí en ese manto oscuro que hay que tener cuidado. Por ello no hay que creer en sus vaticinios, ni en sus alegorías. Que de ultima los tipos no tienen la culpa de que las Instituciones los acepten, la culpa como siempre es nuestra de los pobres humanos que no creemos en la magia, ni en las brujas pero que las hay las hay y sino presten atención a las escobas que se amontonan a las afueras de los canales.

miércoles, 21 de abril de 2010

Certeza


«Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» *

Poco se coincidencias extrañas, poco me importa que la historia se demuestre caprichosa y cíclica; aun menos entiendo de campañas televisivas y de creación de esperanzas fraudulentas, no me siento un tahúr vendiendo tónicos para la calvicie a ancianos crédulos, no compro aquello que no puedo ver, ni creo en aquello que no se pude palpar, jamás hubiera transitado el Yukon en busca de oro ni aunque me lo hubiera garantizado el mismísimo Jack London, poco se de quimeras, utopías, no tengo un sueño intangible, ni una meta lejana; yo vivo el día, paso a paso o piano a piano, mi meta es la mitad de la mitad del camino y una vez allí la otra mitad de la mitad que quede para alcanzar a Aquiles. Yo aprovecho el momento pensando que no hay un mañana, paladeo lo que esta frente a mis ojos porque no se cuando ese instante volverá. No uso ningún artefacto de los tantos que hemos inventado para perpetuar ese segundo porque no hay foto, ni película, no hay recorte, ni grabación que me retrotraiga o perpetué esa sensación; me suena muy artificial y tengo miedo de que en la búsqueda de capturar la magia este tan pendiente del clic, que ella me pase de largo. Pero toda mi filosofía de vida, todo mi “carpe diem” de bolsillo se derrumba como un falso fundamento, como una premisa barata cuando los hechos se empiezan a suceder uno a uno ante mis ojo. Y siento que me falta el aire cuando grito y no hay nadie para responderme; un vació que come mi replica, se sustenta de ella y que me ensordece con su silencio, con su impasividad. Trato de no ceder, de dar batalla pero retrocedo y cada impulso, cada nuevo envión, cada paso (por minúsculo que sea) resulta en una nueva contienda perdida. Caigo sobre mis rodillas, fatigado, cansado, con la boca abierta intentando robar un poco de aire al aire. Y allí estoy apunto de ceder, de darme por vencido, denodado en el borde de mi derrota, rodeado de un silencio, duro, palpable, asfixiante. Un silencio que me envuelve como preludio de la caída a un abismo del que no se podrá volver y es ahí cuando mis días alcanzan su punto mas oscuro, es ese mismo momento en que las sombras se hacen mas tenebrosas, cuando el ser del umbral me tiende la mano par darme por fin el empujón del cual no habrá retorno. Es ahí en esa la hora más lúgubre que comienza a clarear la sombra. Y de repente lo desconocido empieza a tener contorno, lo difuso se despeja, el miedo muta en duda y la duda en curiosidad y esa curiosidad quiere ser zanjada. La razón a la luz se vuelve mas fuerte que mi lado oscuro, de repente no estoy solo, miro a mi costado y veo que a mi vera se vislumbran otras figuras, algunas de pie, otras arrodilladas y me descubro acompañado en mi cruzada. Y es entonces que avanzo dejando atrás la mitad de la mitad del camino, avanzo dejando atrás a Aquiles, dejando tras de mi mis temores y mis miedos en busca de una idea y un camino sin mercachifles de esperanza, ni monstruos bajo la cama. Dejo de creer para tener una certeza, para levantar una certeza. Para iluminar mí camino con esa certeza. Hoy igual que ayer, lo mismo que mañana. El comienzo del cambio, el primer motor generador es la lucha por la convicción.


*El tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras


lunes, 19 de abril de 2010

Conviccion Mundial


No me pregunten como, ni porqué; no tengo respuesta a esas preguntas. Tan solo una certeza, una intima convicción sin asideros, sin ningún valor sustentable mas que el de la fe. Una fe gestada en la ilusión que me produce la inminente llegada del magno acontecimiento. Una ilusión que se inflo durante 4 años, día a día, cimentada con ilusiones y desaciertos, con renuncias y golpes de timón sobre la marcha, con palabras que se desubican pero aguijonean a los mismos vende humos de siempre. Una ilusión que comenzó con multitudes y término con apenas miles de voluntades testarudas bancando la parada del lado oriental. Una ilusión que sabe auto sustentarse hasta el punto de hacer que aquellas masas que le habían vuelto la cara no puedan hoy mantenerse ajenas a ella. Repito no pregunten como lo sé, tan solo lo siento como verdadero y tengo la necesidad de decirlo ahora que aun nada a pasado y que todo puede pasar, tengo la necesidad de declararlo; no porque sienta que a alguien le importa sino porque para mi esta tan claro que no puedo callarlo. Lo se y esa certeza en soledad me astilla el alma, debo gritarlo compartirlo y quizás de esa manera sea mas llevadera la revelación. Una revelación que se gesta fuera de las tácticas, más allá de los nombres, a la vera de los resultados. Una revelación que se sustenta en las pequeñas cosas, en las inexplicables cosas; en un acontecimiento que poco sabe de lógica, en dos apellidos que poco entienden de razón. Una revelación que se apoya en la magia y en la capacidad de crear en el vació, de convertir mediante un toque el caos del juego en orden. Una revelación que deja de lado los negocios multimillonarios, la explotación, la corrupción y la maquina de vender mentiras, Es una revelación que nos vuelve niños, que dura apenas algunos pocos minutos y que sin embargo alimentara los sueños de toda una vida, las charlas de miles de generaciones. Es la posibilidad de ser participe de algo mas grande que uno y a su vez parte de un pasado nostálgico. Una certeza que se recompone a nefastos seres con bigote antes y monopolios ahora, que supieron y sabrán aprovecharse de su seducción, de su simpleza. Pero esta en nosotros el saber darnos cuenta de la verdad. Pretender ignorarla es dar el brazo a torcer porque en el fondo es un juego y como todo juego esta sujeto a aquellos que saben jugarlo y a los que se aprovechan de como lo jugamos. Yo solo sé que tengo una certeza, una intima convicción, un misterioso fervor, una dulce comprensión. Como esa hermosa melancolía que nos invade cuando terminamos un buen libro, o cuando entendemos una obra. Esa redefinición a la que sometemos el arte cuando la pensamos la obra como concebida para nosotros. Y por ellos porque la obra que leo me define y porque aquello que proclamo redefine a lo que leí es que comparto mi certeza. Hoy más que nunca, mas temprano que tarde, sin reposo.