Este es un blog donde la política, el fútbol, la literatura y el cine se ven desde otra óptica aunque suene a un cliché pero como bien decía Hitchcock en ocasiones es mejor partir de un cliché para llegar a algún lado que partir de algún lado y terminar en un cliché y eso es lo que trata de reflejar este blog, que desde un cliché, desde algo que todos creemos comprender o saber se puede llegar a algún lado interesante que nos permita reflexionar. Saludos, pasen y lean a su antojo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Necesaria


En ocasiones un bien mayor aunque imperfecto en su composición merece la oportunidad de prevalecer, ya sea por que el tiempo no amerita más dilatación o tan solo por que se trata de algo que debe ser corregido. Durante los interminables debates sobre la nueva ley de medios escucho que hay quien dice que no es el momento de votar esta ley o que la sociedad no esta lo “suficientemente madura” para encarar este cambio. Hablar de inmadurez de una sociedad es faltarle el respeto a la sociedad. ¿Quién dictamina cuando estamos maduros para determinadas cuestiones? ¿Quién decide que y que no podemos afrontar con la madurez de un electorado? ¿Somos lo suficientemente maduros para vivir corralitos, hiperinflaciones, golpes de estado pero no para decidir si una ley debe ser cambiada? ¿Somos lo suficientemente maduros como para afrontar la democracia y para sostenerla mediante el voto y las urnas pero no lo somos para decidir sobre una ley?

Los que hablan de madurez no hacen sino denotar su falta de conocimiento de la sociedad que representan.

Otro de los caballitos de batalla para no inclinarse a favor de la nueva ley es que la misma tiene claroscuros, que tiene artículos que deberían ser repensados. Yo me pregunto que ley no los tiene, desde mi punto de vista (y perdónenme que sea tan naif) no hay ley que conforme a todos ni ahora, ni nunca. Lo que hay es una ley obsoleta, casi represiva que debe ser removida y cambiada. Partiendo de esa base y no de cualquier otra el punto es bastante claro, se debe votar por el si y no porque la nueva ley sea un mal menor sino porque la anterior ley es un tumor que se enquisto en este país en uno de sus periodos mas negros (no olvidable que es lo que le gustaría a mas de uno) y que ha ido creciendo a la sombra de la democracia con un falso halo de guardián de la misma y que hoy cuando ve peligrar su imperio (con cierta lógica, la lógica del poderoso) pone el grito en el cielo y ataca aquello que se vanaglorio de defender con tetras y ardides propios de un toro suelto dentro de un bazar.

Entonces si admitimos que el punto de partida no es el debate sobre aquello que en esta ley puede y debe ser mejorado sino que el inicio de la discusión debe focalizarse sobre aquello que es necesario cambiar debemos admitir (mal que nos pese) que la ley es buena y necesaria como es bueno y necesario el cambio por mas que a una generación (en parte por una racionalidad y una irracionalidad políticas en el mismo código genético de la nación[1]) que se forjo a la era del todo vale le moleste. Los tiempos cambian, el bien de la mayoría suele significar el perjuicio de una minoría y esas son las reglas de la democracia. La nueva ley es perfectible pero en la balanza pesa mucho mas que es necesaria.


[1]"Narrating the Nation", Homi K. Bhabha, comp., en Nation and Narration (Londres: Routledge, 1990)

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