Hay retos y retos, están las personas que aceptan un trabajo pensando que puede solucionar el tema coyuntural, salvar el momento y están las personas que aceptan el reto pero con ganas de no solo salvar el día a día sino de refundar una idea, profundizar un concepto, dejar un legado. Marcelo Bielsa es de estos últimos. Lo hizo cuando acepto dirigir Chile y cambio la mentalidad de sus jugadores primero y de todo un pueblo después (ver el documental “Ojos rojos” es requisito ineludible para entender el fenómeno Bielsa en Chile) y ahora trata de hacer lo mismo en Bilbao. El tipo mal que le pese y aunque jamás lo admita (por esas cosas de la modestia o de la vergüenza) es un héroe romántico, un enamorado de sus ideas y de una forma de entender el juego (no analizamos acá sin es errada o no), una idea que va mas allá de la repentización de ejercicios o la obsesiva búsqueda de minimizar el fallo, el margen de error (¿de azar?); no descubro nada diciendo que el modelo, la idea parte de la tenencia del balón, de su circulación a ras del piso y de una verticalidad y presión que piensa siempre en el arco rival. Recuperación, posesión, ataque. Este esquema simplista se pierde cuando uno profundiza mas en el modelo y menos en los métodos que se usan para llegar a el y el modelo nos habla de no renunciar jamás a jugar, de no renunciar jamás a ser protagonistas, de no renunciar jamás a tener la pelota y tratarla bien. Una idea que se forja desde la elección de cómo vivir el juego, una idea que tiene su génesis en que son los equipos y los jugadores los que en el fondo deciden como encarar este juego mas allá de lo que digan los medios de comunicación, mas allá de lo que digan los presupuestos millonarios y mas importante aun: mas allá de lo que digan los resultados.
Bielsa Eligio el Bilbao y esa elección no es aleatoria, el equipo vasco es referente futbolístico para cualquier Argentino que se precie de amante del fútbol (¿como olvidar aquéllos equipos vascos que sembraron el fútbol de este nuevo continente en el siglo pasado?) y para colmo su estructura esta dotada de un alo de romanticismo (de que otra manera definir esta tozudez de persistir en conformar las escuadras con jugadores de origen vasco) que lo hace atrayente para aquel que puede elegir sus proyectos y Bielsa es una de esas personas. El técnico eligió el cuadro y esta elección tiene poco de azarosa (no se coman la píldora de que ya había dado su palabra al Bilbao antes que al Inter) Bielsa ve en el Athletic la oportunidad de crear un proyecto de largo plazo, el carácter natural de los jugadores vascos calza como un anillo a los conceptos del DT y para colmo esto esta rodeado de la mística de la Catedral y de uno de los pocos equipos de la liga que nutre sin reparos a la selección en mas de una de sus categorías. El principal problema radica en que Bielsa debe imponer su tozudez por sobre la tozudez del conjunto y aquí no hablo de 22 jugadores sino de 100 años de historia. El hincha vasco se acostumbro al pelotazo a correr más que jugar y a ganar los partidos por empuje o garra y esa es la verdadera lucha de Bielsa. Cambiar la mentalidad de un pueblo. Humildemente no se si podrá hacerlo porque se que si los resultados no acompañan en lo inmediato, el cambio a largo plazo dependerá de la firmeza de un presidente y no de la voluntad de un Director Técnico; pero voy a disfrutar viendo a Bielsa intentarlo porque no hay batalla mas hermosa, no hay contienda mas emotiva que aquella que comienza con todo en contra y que aun así se acomete de frente y con convicciones. Y es que entre los rasgos del héroe romántico esta el no desoír el llamado de la aventura cuando esta aparece.
1 comentario:
Enorme Bielsa!
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