El centro delantero, ese animal misterioso, exotérico casi místico, ese que como una animal de presa ronda el área esperando a que la victima se descuide, de movimientos cansinos, como agazapado, como economizando esfuerzo pero olfateando el aire, con las garras preparadas y el olor a sangre fresca aun en su paladar.
Seres sobrenaturales, dotados por la creencia popular de sobrenombres prodigiosos como “el brujo” Quini o “mágico” González o de nombres de animales salvajes, implacables y que según el folklore Americano están dotados de poderes mágicos ya sea el caso de el “Puma” Rodríguez o el “Lobo” Fisher o por otro lado se les confiere el carácter de “Loco” como es el caso de Palermo y es que todos los apodos tan solo buscan clasificar lo inclasificable, explicar lo inexplicable ¿Qué , como , quien y de que manera se forjan los goleadores?
Goleador se nace dicen los que saben y quizás halla que creer esa máxima pero entonces como se explica que jugadores como el “Turu” Flores hayan hecho gran parte de sus inferiores como defensor central ¿acaso encontró el don durante el transcurso de su carrera? Y por el contrario que decir del “vasco” Arruabarrena quien hasta la 5ta de Boca jugaba de delantero centro ¿entonces? ¿Hay dones más duraderos que otros?
A priori no existe una explicación racional ¿Cómo explicar algo que no lleva un patrón consistente? Podemos encontrar goleadores de casi 2 metros como Peter “La garza” Crouch o insolitos artilleros de medio metro como Romario. Los hay acróbatas, estetas del movimiento como Hugo Sanchez y por el contrario podemos toparos con especialistas del último toque como Lineker con su eterno timing para estar ahí empujando la pelota a la red.
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