A menudo me pregunto cuales son las marcas que forjan el carácter de las personas, ¿cómo niños que parecen ser iguales, que uno ve jugar de la misma manera en un mismo parque, irán de a poco absorbiendo aquello que los rodea y formando un carácter propio, su propio juicio de valor? Siempre me pregunto cuales son las pequeñas cosas que harán que se transformen en un ser diferente, entendiendo la diferencia no desde lo físico sino desde la personalidad. ¿Serán los grandes acontecimientos? Ver explotar una bomba nuclear, vivir el éxodo o el exilio de forma indirecta, una guerra… ¿O serán los pequeños contratiempos? Una enfermedad que lo lleve a sobre exigirse, quizás algo nimio como el asma o quien sabe quizás algo más dramático como la Polio. Quizás lo enfático no pase por un acontecimiento o un contratiempo de salud sino haya que buscar en los rasgos psicológicos, en sus relaciones de hijo, de amigo, de pareja. No dejo de preguntarme qué moldea el carácter de ciertas personas hasta hacer de una idea, un ideal… hasta darse cuenta, aunque a priori no deba ser así, que hay caminos que exigen ciertos sacrificios personales y que el bienestar de la mayoría no solo trae aparejado el malestar de la minoría sino que en ocasiones (por no ser tajante y decir siempre) viene íntimamente vinculado con la infelicidad personal. Cuando leo sobre estos personajes históricos puedo encontrar entre ellos puntos en común, pero siempre me pregunto cuando sus pasivas vidas troncaron, convirtiéndolos en lo que son hoy. ¿Qué fue? Quizás la impotencia frente a una injusticia, quizás la rebeldía o la no aceptación por lo preestablecido. Me descoloca encontrar en su estudio momentos de maduración diferentes desde lo etario. Hay quienes vuelven transformados después de viajes iniciáticos en moto y hay quienes sufren esa transformación en el seno de una vida plena de satisfacciones. Hay quienes vislumbraron su camino claro como una hermosa mañana de sol desde su infancia y hay a quienes la revelación les vino pasado los treinta en una carpintería. No sé bien a que o a quien atribuirle esta concientización, no hay conejos blancos que seguir, ni pastillas azules para despertar. El carácter heterogéneo de las grandeza humana proviene tanto de un medico de clase media, como de un esclavo gladiador. Sé con la misteriosa convicción con la que creemos saber que hay cosas superiores a nosotros, que quizás la explicación no posea un trasfondo lógico, sé que la revelación, el altruismo de estos paladines de la historia tiene su génesis en el amor, en su intolerancia, en su espíritu indomable, inclaudicable. Sé que estos héroes modernos (y no tanto) no son solo aquellos sobre los que películas se filmaron o libros se escribieron, sé y esta convicción es la que me permite creer día a día que el mundo puede ser un lugar mejor, que estas personas existen en ámbitos como las oficinas, un trabajo, el vagón de un subte o una casilla en una villa, sé que al contrario de aquellos que hoy se replican en banderas o en símbolos, bajo consignas o estructuras obsoletas (el necesario precio a pagar por tener acólitos y no ser inmortales), ellos ejercen una área de influencia menor: quizás una escuela, quizás solo algunos vecinos, quien sabe tal vez un par de desconocidos camino a casa o en el menor de los casos un niño curioso que vuelve de jugar en el parque con otros como él. Ellos, estos anónimos seres, son el principio, la amalgama, el detonante de la chispa de un mundo mejor y este pensamiento es el que me reconforta cuando pienso en el mundo que quiero y en el que veo al despertar.
Este es un blog donde la política, el fútbol, la literatura y el cine se ven desde otra óptica aunque suene a un cliché pero como bien decía Hitchcock en ocasiones es mejor partir de un cliché para llegar a algún lado que partir de algún lado y terminar en un cliché y eso es lo que trata de reflejar este blog, que desde un cliché, desde algo que todos creemos comprender o saber se puede llegar a algún lado interesante que nos permita reflexionar. Saludos, pasen y lean a su antojo.
1 comentario:
muy bueno, me encanta leerte estas cosas... simplemente, lindo.
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