"La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea,
y la palabra que no trata de convertirse en acción
es una mala palabra"
G. K. Chesterton
Hay frases hechas, armadas; que pasas de generación en generación instalándose en el inconsciente popular, en nuestro pensamiento colectivo y es así como sentencias que apenas tienen decenas de años las repite uno como si hubieran sido acuñadas en el principio de los tiempos. Algunas de ellas padecen esta absorción por parte de la sociedad debido a su aparente perfección estética tal es así con frases como “cristalino como el agua” en otros casos las máximas han sido generadas en los inicios de alguna institución o de algún acontecimiento las hay por supuesto siniestras como “algo habrán hecho” o glamorosas como “ladran sancho…” Entre todas ellas, las oscuras, las rítmicas, las trasparentes etcétera hay algunas que en lugar de proporcionarnos una herramienta para comunicarnos sirven para justificar ideas con un falso convencimiento de que lo que se dice es cierto (basado en su vacía repentización) por si mismo y no por una estructura que lo justifique. Una de ellas es “periodismo independiente” no existe hoy nada menos independiente que el periodismo, desde el momento mismo que se acepta escribir para un diario se esta perdiendo la independencia que a uno le costo años de laboratorio (que otra cosa son las facultades) adquirir. Por supuesto que entrar a trabajar a tal o cual medio de comunicación no coarta la capacidad individual del periodista en si pero si podemos decir que la delimita. La editorial de tal o cual diario (o grupo de medios) delinea la impronta de sus publicaciones, romper este límite no marcado pero si implícito es quizás el mayor escollo al que se enfrenta un periodista hoy en día. Suponiendo siempre que lo que se quiera es informar objetivamente, ahora si lo que se busca es trascender en tal o cual ámbito laboral plantear tan solo la posibilidad de esta búsqueda resultara infructuosa y hasta casi suicida.
¿Que debe hacer uno? es la pregunta que se impone pero para ello deberemos tener en cuenta ciertas variables. La primera es que si se es un don nadie dentro de la redacción es casi imposible que a alguien le importe lo que redactes ( a nos ser que el talento hable por si mismo pero estos casos son los menos) por otro lado si se es uno de los periodistas mas renombrados del periódico en cuestión, posiblemente puedas escribir lo que quieras pero lo mas probable es que las notas de esta supuesta independencia conseguida mediante el reconocimiento o la fama no hagan mas que alimentar la misma fuente de la que supieron abrevar; difícilmente se vera a un pope disentir con la línea general que emana del editor ( s no ser que busque migrar a otro medio) y es muy seguro que en general estos artículos de opinión se dediquen a amalgamar la idea central de este.
Pero quizás estamos pecando de retóricos, pongamos un ejemplo concreto sobre lo que se quiere decir. Tomemos el diario de mayor tirada en
No entraremos aquí en ejercicios matemáticos de cuales son las paginas que se dedican a tal o cual fuerza política o si policiales y deportes son o no casi la mitad del cuerpo del diario (este ejercicio pitagórico e ilustrativo se los dejo a ustedes) tomemos la frase en cuestión junto con su logo y analicémosla.
Un hombrecito con un clarín seguido con la frase un Toque de atención… juego de palabras e imágenes muy lucido que nos demarca que el diario en cuestión quiere llamar nuestra atención sobre que algo en particular. ¿Sobre qué es la pregunta? ¿Sobre lo que ellos consideran importante o sobre lo que a mi me importa? Si deben llamarme la atención debe ser en parte porque me estoy perdiendo de algo. ¿El que? ¿Cómo? Por suerte para todos acto seguido nos aclaran sobre que nos van a alertar “…para la solución Argentina de los problemas argentinos…” excelente ¿ahora? ¿Cuáles son los problemas argentinos? ¿Y leí mal o proponen una solución para los mismos?
Supongo desde la lógica que el diario en si habla de problemas comunes en la mayoría de los argentinos y no de mis problemas particulares. Pese a no ser un especialista en el tema (aun siendo argentino lo cual debería darme el crédito suficiente) de los problemas argentinos identifico 3 o 4 que de tan generales se caen de maduros. La economía, la política, la seguridad etcétera. Pero aquí me detengo a pensar y me digo que estos problemas de tan generales que son bien podrían ser problemas de todos los habitantes de la tierra y no específicos de los argentinos como pueblo. Y siguiendo una segunda línea de pensamiento y leyendo los pocos libros de historia que pueden caer en mis manos me pregunto si en lugar de un problema global no serán problemas de la humanidad y de los hombres como seres en si. Descartando esta línea de pensamiento, que me excede, trato de focalizar aquello que como sociedad argentina responde a lo que se denominan problemas. Aquí me digo que quizás la solución para “los problemas” no radique tanto en marcarlos sino en generar las herramientas de cambio para los mismos y aquí es donde entra otra pregunta ¿Pueden los medios hacer algo al respecto o este es un rol que se debe dar en el estado? Después de reflexionarlo me digo que lo que los medios pueden y es mas lo que deben hacer es generar la información para que aquellos que queremos o pensamos en un cambio veamos que no estamos solos. Cuanto mas fácil es tomar una actitud positiva o encausar un pensamiento cuando se ven ejemplos de ello a diario y en todos lados. Es entonces que compro el diario y leo la encuesta de en que creen los argentinos y me digo que identificar a quienes considera mas y menos creíbles la sociedad es un buen inicio para la solución Argentina de los problemas argentinos . Ahí me doy cuenta de que la gente le cree mas a un diario que a un político. Este dato que me aparece aberrante en un principio se transforma a mí entender en el principio del cambio. Si la voluntad popular elije la opinión del medio sobre el representante electo, lo que el medio debe hacer es ser un catalizador de los actos solidarios, los hechos que contradigan esa sensación de desidia que se ha ido arraigando en nosotros hasta convertirnos en unos escépticos. De esta manera si hay alguien que roba se debe resaltar en el diario los cientos que no roban, si hay una escuela que cae hay que resaltar las cientos de escuelas que se crean y así siguiendo una lógica similar con cada hecho que la sociedad hoy ha tomado como cierto: “¡son todos chorros!” No, no los son. ¡Que se vayan todos! No, que cumplan con lo que prometieron y con el ejercicio de su cargo. ¡La política no es para jóvenes! Al contrario la política es de jóvenes y hecha por los jóvenes. El cambio como todos los cambios que se precien de llamarse así no será radical, ni “ipso facto” (como no lo fue tampoco el sentimiento de desidia y desinterés que aparentemente nos envuelve) pero el principio, la génesis del mismo la debemos generar nosotros desde nuestro lugares.
Un ejemplo concreto de ello es el siguiente: La semana pasada estuve en un acto de lanzamiento en Mar del Plata de un programa de jóvenes llamado Programa Nacional “Jóvenes Padre Mugica”. El mismo era el coronario de unas jornadas de capacitación para miles de jóvenes que se habían hecho en la ciudad de Chaparmalat. El cierre contó con la presencia de
Dejando ideologías y partidismos al margen y siguiendo con la tónica con la que se empezó este documento me pregunto: En un país donde hace décadas (no menos de 3) se provocó, mediante el miedo y el terrores en los 70, mediante la coerción (que otra cosa se puede decir de frases como ¡no te metas! ) en los 80 y mediante la destrucción se espacios de intervención en los 90 la no participación de los jóvenes en la sociedad y con ello no se hizo sino solidificar ese mito popular en todas las capas de que todo vale y que este es el país de
La herencia de esta Argentina esta forjada con hechos históricos y por una tradición oral si bien no en el sentido de un poema épico o un cantar de gesta si entendiendo en tradición oral aquellos refranes, aquellas anécdotas que persisten década a década. Por ello y a riesgo de que me tilden de romántico o idealista hay que predicar con el ejemplo y no hay mejor ejemplo que un buen ejemplo. Es por ello que no estaría de mas que aquellos que quieren llamarnos la atención y pretenden proporcionarnos las herramientas para encontrara las soluciones a los problemas Argentinos, le dedicaran no mas sea algunas líneas a 4.000 jóvenes del Chaco, Misiones, Chubut, Catamarca, Buenos Aires etcétera que se juntaron en post de una ilusión común y quien sabe quizás pregonando sus sueños se forme una brisa fresca que poco a poco disipe esa bruma densa del pasado que no nos deja ver mas que lo que dejamos atrás.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. El tema pasa tambien, aunque parezca banal, después del análisis excelente que hacés, por lo que a un medio le SIRVE o NO le SIRVE. Definitivamente, como se viene repitiendo hace cientos de años, a un diario le sirve vender malas noticias. Las buenas noticias no atraen, dicen ellos, pero esto de a poco se está convirtiendo en una falacia. Hoy por hoy, después de tanta influencia (mal ejercida) por las malas noticias, las buenas noticias se están convirtiendo en un hecho aislado, no porque sencillamente no aparezcan en los diarios, sino porque realmente cada vez se da menos. Terminos como solidaridad cada vez más van siendo exclusivamente usados para referirnos a épocas anteriores, lejanas, de las que de a poco vamos perdiendo noción. Los términos de hoy día son violencia, muerte, dinero, robo, etc. Es tan cierto que un diario o un medio de comunicacion puede influir negativamente en la sociedad (hablar del triunfo de Cambaceres puede ser relegado por una noticia como la que mencionás en el post) como que puede hacerlo positivamente, motivando a la gente a seguir el ejemplo. Parece que eso se perdió, y que lo único que sirve es lo que vende.
Un abrazo enorme y seguí así que el blog es una obra de arte.
Nico
Me quedó rondando la frase de Chesterton.
Aún la sigo pensando.
SalU2
T.
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