Para mi el héroe es el que mueren con “la
suya, en la suya”. La modernidad hoy casi no lo admite, lo llama testarudo,
obtuso, repetitivo y hasta cabeza dura y ¿Porqué no? Loco. Cuando yo era pibe
en las películas el héroe era aquel que aun sabiendo que tenia las de perder,
que aun teniendo una salida menos costosa por la puerta de atrás del castillo o
incluso aceptando los términos del villano “piola” de turno prefería morir con
la suya; Porque “la suya” implicaba no claudicar en los ideales, en la forma en
el medio antes que en el fin.
“El talento depende de la inspiración pero el
esfuerzo no se negocia” esta frase de Bielsa pone negro sobre blanco en la
¿derrota? Del Barcelona frente al Chelsea y es que muchos parecen haberse
olvidado de que el fútbol ante toda circunstancia previa (de tácticas y contra
tácticas, de equipos chicos y grandes, de presupuestos y negocios) es un juego.
Y el juego como tal admite la posibilidad de que gane cualquiera y no solo los
mejores. Los medios para encarar el juego son tan variados como
interpretaciones pueda uno hacer sobre las reglas y esto es potenciado al
infinito si se pone al servicio de 22 sujetos, el error humano, el talento y
una esférica. Este carácter de impredecible e indeterminado es lo que le
produce grandeza al juego; porque afrontémoslo si siempre ganaran los mejores
el fútbol seria aburrido. No seria fútbol quizás.
El
verdadero dilema pasa por como quiere abordar uno el juego y aquí no voy a
hacer una apología del juego ofensivo contra el defensivo porque ambos son lícitos
y ambos ganan y pierden partidos.
Lo que si voy a afrontar es la filosofía con
la que se encara el juego cuando sabemos (y comprendemos) que justamente el
juego predomina por sobre el negocio y aquí es donde aparecen los héroes o los
locos. Porque son estos los que encaran el resultadismo desde la entereza de
que alcanzar el triunfo no importa tanto como la forma de alcanzarlo, porque
son ellos los que en definitiva no esquivan el bulto de que son personajes
públicos y que sus gestos, su forma de ganar o de perder marcan también la
ilusión o la esperanza de miles de fanáticos que adoran el juego por su
carácter de juego y no por otra cosa.
Ellos sabedores de esta carga afrontan
las variables para bien o para mal y no le piden a sus jugadores mas que
honestidad con el juego y morir o vivir intentando jugarlo. Es sencillo el
mensaje pero su sencillez no le quita merito porque es esa forma de afrontar la
vida, esa generosidad para con los que amamos este deporte es posiblemente la mas difícil de sostener día a día, partido
a partido. La elección compleja. Aquella que debe tomar el héroe.
¿Perdió el Barcelona?
No creo tan solo tuvo un día sin inspiración y con esfuerzo, pero este
Barcelona en este juego y con este entrenador no pierde nunca sépanlo. Nunca.
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