Vos conoces esa mirada, ¡si vos! ¡No te hagas el
sota! Vos conoces bien esa mirada; los ojos fijos, con rabia, bien abiertos. No
son ojos de perro esos no pichón ese era otro uno que solo quería jugar y jugar.
Este, el que te mira con ojos de asesino, no quiere bajarse de la montaña; no tolera
bajarse de la cima y menos aun que digan que llego ahí por merito de terceros y
no propio.
Ese que esta ahí, gritándolo con puños apretados y la
mandíbula trabada, ese te come el hígado si te descuidas; es otro créeme pibe,
no te confíes yo conozco esa mirada. Se la vi a otro como el en un mundial
contra Grecia. Esa mirada dice mucho.
Esa mirada esta cargada de rumores, de logros
postergados, de relaciones rotas, de una búsqueda por volver a ser la bestia. Una
pelea interna con su peor rival: el mismo
¿Te acordas de Apolo? ¿Y de Rocky entrando a ese
gimnasio en Los Angeles? ¿Te acordas que le dice sobre la mirada?
Esa es la explicación no hay otra.
El enano la había perdido, no se sabe donde ni cuando
pero la había perdido.
Pensó que el mundial se la iba a devolver. Se
equivoco.
Y ahí comenzó la búsqueda y la acumulación de
frustraciones.
Porque no alcanza ser muy bueno cuando se busca ser
el número uno. Es un demonio que te carcome por dentro y te obliga a buscar. Más
dietas, mas ajustes en los hábitos, en las pequeñas cosas. ¿Se puede optimizar
la perfección? Se puede (y sino que le
digan a Federer) pero demanda una entrega total.
Y mientras se lucha hay que lidiar con la comparación
de cuando se era perfecto y a eso sumarle que se diga que esa perfección no es
merito propio sino de un tercero.
Y hay que buscar en silencio volver a ser el mejor.
Volver al tope de la montaña. Pasó a paso. Mascando bronca, buscando
respuestas, esperando la oportunidad.
Porque aunque suene a frase trillada el futbol
siempre te da revancha, siempre.
“Todos los grandes campeones tienen un asalto
pendiente”
y el se estaba preparando para el suyo. Esperando el
suyo
Matar al padre, ganar sin el, ganarle a el.
Bueno ahí lo tenes pibe. En ese gol de zurda, en esa
mirada. Una mirada de ojos de Tigre una vez más.